Valores
La realización de los tres pilares en la acción concreta de Fe y Alegría, se encuentra permeada por la promoción de algunos valores centrales que se enuncian más adelante en este mismo apartado, en línea con lo que reflexiona Adela Cortina (1996) refiriéndose a los valores morales:
(…) que son componentes tan inevitables del mundo humano que resulta imposible imaginar una vida sin ellos. Y esto es lo que sucede concretamente con los valores morales, porque la moral «la llevamos en el cuerpo», ya que no hay ningún ser humano que pueda situarse más allá del bien y el mal morales, sino que todos somos inevitablemente morales. Sea actuando de acuerdo con unos cánones morales determinados, sea obrando de forma inmoral en relación con esos mismos cánones, estando altos o bajos de moral, en forma o desmoralizados, lo cierto es que no podemos escapar a ese ámbito de la moralidad que coincide con el de la humanidad. Toda persona humana es inevitablemente moral (Aranguren, 1996, citado por Cortina).
No quiere decir esto que no sean esenciales los valores estéticos (la belleza, la elegancia), los religiosos (lo sagrado, lo trascendente), los de la salud (la salud, la agilidad), los intelectuales (el conocimiento, la evidencia) o los de la utilidad (lo útil, lo eficaz), sino que (…) nos percatamos, con razón, de que desde ellos [los morales] podremos ordenar los restantes de una forma ajustada a las exigencias de nuestro ser personas, ya que los valores morales actúan como integradores de los demás, no como sustitutos de ellos.
Por eso urge educar en este tipo de valores, sea a través de la «educación formal», es decir, en la escuela, sea a través de la familia, la calle o los medios de comunicación (p. 183-184).
Desde sus inicios el Movimiento ha impregnado su trabajo con los siguientes valores, que también forman parte de su acumulado socioeducativo (Fe y Alegría Colombia, Apuestas y Desafíos 20052009, p.11-14).
Institucionalmente Fe y Alegría promueve la defensa de la vida, el respeto a las diferencias, el reconocimiento del pluralismo cultural, el cultivo de la convivencia ciudadana, la inviolabilidad de los derechos humanos y la aceptación incondicional del otro, como valores sentidos por distintos grupos sociales que sufren la inequidad y exclusión del ser humano.
El Padre José María Vélaz fundador del Movimiento, enunció algunos valores para llevar exitosamente su misión: audacia, eficacia, constancia, optimización de los recursos, poder de persuasión, entre otros (…), y significó con relevancia otros como el Amor, presente en todas las acciones educativas y representado en el símbolo del corazón; La Fe en Dios y en las personas, que fortalece las relaciones interpersonales en las comunidades; y la Alegría, de hacer parte de un sueño de transformación social.
El Ideario de Fe y Alegría y posteriores documentos institucionales, identifican tres valores fundamentales que Fe y Alegría Colombia asume y espera se encarnen en formas visibles y evidentes en todos los procesos de sus centros educativos: la justicia, la solidaridad y la participación.
Es uno de los valores morales universales, del Latín “cumpassio” que significa acompañar, el cual fue adquirido y traducido del griego “sympathia” se manifiesta por principio de la empatía pues viene del sufrimiento de otro ser, pero a su vez es más intensa, ya que incluye el deseo de aliviar, ayudar disminuir el daño que recibe el otro.
La compasión es un valor que nos hace más sensibles y más humanos frente a las dificultades y los problemas de los demás. No se trata de un sentimiento de lástima que se tiene hacia los males y las desgracias de otras personas.
Está relacionado también con el valor de la piedad. La compasión es uno de los sentimientos que más unen a la humanidad, ya que con el uno ayuda frente a las otro desgracias de la vida, nos acerca a aunque este sea un desconocido para hacer algo para apoyarle…
Dentro de los valores humanos, se conoce como Compasión a la capacidad que tiene un individuo de colocarse en la situación de otro que se encuentre en dificultades, e ir en su ayuda, desde el entendimiento de las necesidades de ese otro y de su valor como ser humano.
Es necesario enseñar a las niñas, los niños y jóvenes que sean compasivo ante la enfermedad, las penurias, las malas situaciones y realidades de otras personas.
Creemos en el valor de la diversidad basada en la compasión,
reconocimiento y valoración por parte de las personas hacia
quienes se muestra diferentes. Creemos en el enriquecimiento
cultural que esta conlleva, generando construcción de historias,
conocimientos y saberes.
Creemos que la fraternidad se construye en la buena relación entre
todos y todas, en la que se desarrollan los sentimientos y los lazos de
afecto y unión propias de los hermanos y hermanas. Creemos en la
fraternidad basada en el respeto a la dignidad y en la igualdad de
derechos para todos y todas.
El Padre Vélaz piensa que la educación y la organización darán al pueblo cada vez más poder incluido el político. “Solamente en la fase histórica en que el Pueblo Educado tenga poder Político se empezará a mover la balanza de la justicia hacia el fiel de la hermandad y de la equidad”.
Creemos en la igualdad de oportunidades y en la realización de los derechos humanos. Creemos an la equidad como elemento esencial para que los individuos se desarrollen y alcancen la paz verdadera.
Justicia.
El Padre Vélaz y sus seguidores, contemplando el panorama de injusticia latinoamericano, soñaban con una sociedad donde se respetara la dignidad de la persona, sus ideas y valores culturales, humanos y espirituales; donde se viviera en igualdad de derechos y deberes, y se suprimiera la brecha entre pobres y ricos, el mundo del capital y el mundo del trabajo (…); y creyeron que a través de la educación de la niñez y juventud se podría suprimir las discriminaciones económicas, de raza, sexo, religión, filiación política, condición social, y se lograría la formación de actores sociales, protagonistas de su propia historia, para lograr la satisfacción de las necesidades humanas.
Fe y Alegría es un escenario concreto para trabajar por la justicia en el campo de la educación.
Entiende que la justicia en una democracia consiste en lograr la equidad y el bien común; es decir, una sociedad que garantice de manera sostenible los derechos humanos, que en el campo de la educación sólo son posibles cuando la Justicia Educativa asegura a todos el derecho fundamental a tener acceso a ella, respetando la libertad de los educandos y de los padres de familia a escoger una educación de calidad, y comprometiendo al Estado a facilitar los medios para que este derecho se haga realidad en igualdad de condiciones, tanto a través de la educación oficial como de la privada.
Libertad.
Creemos en la capacidad que tienen las personas de elegir entre el bien y el mal responsablemente procediendo de acuerdo a sus principios fundamentales de conciencia y de los aprendidos en la familia y la sociedad.
Solidaridad.
Creemos en la ayuda generosa que se da de manera desinteresada buscando el bien de los demás. Creemos en la generosidad que nace del corazón y en el despertar de un sentimiento consciente hacia el otro mostrando la verdadera humanidad.
“Frente a la competitividad insolidaria y las dimensiones de inhumanidad del modelo neoliberal dominante, implica que la economía, la política, la ciencia, la tecnología, etc., estén al servicio de la persona (hombre-mujer), especialmente de los más pobres, y no al revés. Que se ponga el sábado al servicio de la persona y que la persona y su trabajo estén por encima del capital y del lucro. Que respete a la naturaleza y el ecosistema. Que puedan establecerse relaciones personales comunitarias fraternas. Que se tenga como proyecto principal la realización integral de la persona en la comunidad. Que incluya espacios para el empleo del tiempo de ocio y para festejar y celebrar la vida”.
Fe y Alegría fue creciendo desde la solidaridad de unos pocos hasta la realidad que tenemos hoy: un Movimiento de carácter internacional que llega a cientos de miles de personas empobrecidas para su promoción integral.
Para Fe y Alegría, la solidaridad no sólo representa la capacidad de hacer propio el dolor, el sufrimiento y las carencias de los empobrecidos y la suma de las propias potencialidades y energías con las de ellos en la búsqueda de la solución a sus problemas, sino que dentro de una nueva concepción, considera procesos de integración en red, procesos redistributivos que ofrezcan igualdad de oportunidades, y aceptación de la multiculturalidad fundada en la diversidad que nos hace diferentes (…), todas ellas como expresiones de una globalización de la solidaridad que va más allá de la escuela, alcanzando el barrio, la ciudad, y en fin, la sociedad.
Participación.
Creemos en la integración de todas las personas en los espacios de toma de decisiones. Creemos que es imperativo concientizarnos que la participación es un derecho de todos y todas y no un privilegio de unos pocos.
“La participación promueve valores en tres ámbitos: personal, institucional y social. En lo personal, la participación promueve el desarrollo integral de la persona: criticidad, creatividad, solidaridad y compromiso. En lo institucional, ofrece un testimonio coherente que asegura la permanencia de la identidad y unidad de la Institución con flexibilidad histórica. Y en lo social, favorece el pluralismo, las instancias de organización social, la capacidad de convocatoria y los vínculos comunitarios.” (…) Fe y Alegría le apuesta a una propuesta participativa, donde la persona tiene sentido en la medida en que valora y tiene en cuenta a la otra persona como sujeto de derechos inalienables, con una dignidad que le es propia y debe ser respetada; propuesta en que el crecimiento individual pasa por la relación con un tú y un nosotros y que apunta, en definitiva, a la creación de comunidades en que nos sintamos aportando y recibiendo, nutriendo y siendo nutridos; en la que construimos una propuesta social y comunitaria. No se trata de llegar solo a la meta, sino llegar con otros con amor, dignidad y calidez. Fe y Alegría fomenta un clima participativo en todas las personas y grupos que conforman los diferentes sectores o estamentos; y como en los otros valores, se aprende a participar, participando. En este sentido, es de vital importancia que los padres de familia o acudientes participen en la formación de sus hijos como agentes formadores de su personalidad y desarrollo. Así mismo, otros estamentos de la comunidad local aportan a la construcción de las diversas capacidades de los niños, niñas y jóvenes preparándolos para su integración social.
Otros valores que se explicitan en el trabajo que hacemos como la libertad, la fraternidad, la equidad, el respeto a la diversidad, a la naturaleza y el cuidado de la misma, se tornan claves para el fortalecimiento de nuestra Misión, y se encuentran mencionados en diferentes congresos y documentos de la Federación, aunque será parte de la responsabilidad institucional darles una definición y un alcance más precisos, conforme vayan haciéndose parte de sus prácticas. No obstante, se ofrece una aproximación a los mismos desde la mirada de Adela Cortina, citada anteriormente.
Aunque existen discrepancias a la hora de clasificar, podemos decir por nuestra cuenta y riesgo que entre estos valores existen unos específicamente morales, como la libertad, la justicia, la solidaridad [universal], la honestidad, la tolerancia activa, la disponibilidad al diálogo, el respeto a la humanidad en las demás personas y en la propia.
Averiguar qué especifica a estos valores, qué tienen en común, no es fácil, pero podemos aquí -por abreviar- proponer tres factores (…): 1) Dependen de la libertad humana, lo cual significa que está en nuestra mano realizarlos. 2) Precisamente por eso no pueden atribuirse ni a los animales ni a las plantas ni a los objetos inanimados. 3) Una vida sin esos valores está falta de humanidad, por eso los universalizaríamos; es decir, estamos dispuestos a defender que cualquier persona debería intentar realizarlos, si no quiere perder en humanidad (p. 189-190).
Es ese el sentido desde el cual se promueven estos otros valores mencionados, el de procurar una acción educadora que nos permita construir una mejor humanidad, desde las necesidades y aspiraciones del contexto colombiano.